domingo, 29 de abril de 2007




Carlos Ponce lo tiene todo
Con esos ojazos verdiazules, el actor, cantante y presentador puertorriqueño es un verdadero hombre de familia

“Disfruto mucho mi vida en la casa, con mi mujer, mis hijos”, dice Ponce junto a Verónica, Savannah, Sienna, Giancarlo y Sebastián.

Cuando el guapísimo actor y cantante Carlos Ponce compró hace cinco años un privilegiado terreno en el exclusivo Pinecrest, al sur de Miami, tenía en mente su casa ideal. Una mansión espaciosa con una entrada señorial. Hace casi un año, exactamente en enero, Ponce, su esposa, sus cuatro hijos y sus suegros, se mudaron a la casa que demoró un año y medio en construirse. “¿Ves ahí?”, señala hacia la entrada el fornido ojiazul. “Ese espacio está diseñado para poner un enorme arbolito de Navidad y afuera están todas las conexiones –eléctricas– para decorar la casa durante las fiestas”.

Muy precavido el hombre. Aunque se mudaron a la casa recién celebradas las navidades del 2004 en su antigua residencia en Doral (noroeste de Miami), Ponce sabía que ésa sería la casa donde su numerosa familia (él es el tercero de cuatro hermanos) se reuniría para compartir la Nochebuena. “Para Carlos hay una cosa clara”, afirma su representante –y hermano menor– Francisco Ponce, quien también representa a la ex Miss Universo Amelia Vega y al cantante Shalim. “Su familia es lo primero, después es el trabajo. Él ama su carrera, pero su carrera es un medio para sostener a su familia”.

Difícil de entender, porque Ponce, de 33 años, tiene su hogar en Miami y, como quien dice, su trabajo en el otro extremo del país, Los Ángeles. Desde hace dos años, el actor, hijo de cubanos nacido en Puerto Rico, es uno de los presentadores del popular programa Entertainment Tonight (CBS), es un actor recurrente en la serie 7th Heaven (WB), tiene varias películas por estrenar (entre ellas la esperada Meet Me in Miami, junto a Eduardo Verástegui) y acaba de colaborar como compositor en el más reciente disco de Chayanne. “Es un verdadero profesional y un buen jefe”, dice Francisco con convencimiento. “Sabe poner todas las cosas en su lugar”.

Así y todo, el mismo Ponce asegura que no está más de tres días sin ver a su familia. “O ellos vienen a mí o yo voy a ellos”, dice el actor que tiene entre sus proyectos futuros construirse una casa en California para cuando tenga que pasarse largas temporadas en el oeste y así evitar las estadías en los hoteles. “Estoy bien organizado”.

Eso nadie lo duda. Sólo basta ver cómo su rol de papá le acapara todo el tiempo. Su rutina comienza a las 6 de la mañana con la tropa lista para las actividades del día. Sus hijos Giancarlo, de 6 años, Sebastián, de 4, y las gemelas Savannah Alla y Sienna Natasha, de 3 (adoptadas en Rusia cuando sólo tenían un año), llenan todo el espacio de la casa con su inagotable energía.

Su esposa, Verónica, una joven con figura de modelo de pasarela y una mirada dulce lo corrobora: “Carlos es todo un papá”. ¿Y qué decir de ella? Desde que conoció a Ponce, estudiando en la secundaria, supo que su vida juntos los iba a llevar por un largo camino. “Antes de tener a nuestros hijos [biológicos] sabíamos que queríamos adoptar”, explica Ponce. Verónica fue a Rusia a conocer a sus dos niñas adoptadas a pocos días de haber donado su médula ósea. Hoy, dedicada a tiempo completo a la crianza de sus hijos, Verónica se siente feliz de haber salvado con su donación la vida de una niña holandesa que debe tener la misma edad de sus hijas. “Nunca he tenido una nanny”, dice con una calma envidiable Verónica, de 32 años, aunque aparenta muchos menos. “Disfruto cuidar mis hijos, estar con ellos”.

Para los que no lo sepan, es la primera vez que Ponce abre las puertas de su hogar y permite ser fotografiado junto a su familia. “Siempre me decía: ‘Ni mis hijos ni mi mujer tienen la culpa de que yo sea una figura pública’ ”, afirma Ponce. “Ahora me siento como más seguro, los niños están grandes y bueno, ¿por qué no?”.

“Siempre me decía: ‘Ni mis hijos ni mi mujer tienen la culpa de que yo sea una figura pública’ ”, explica Ponce sobre el deseo de mantener su vida privada.

En su casa se respira armonía. El decorado es sencillo, los colores son pasteles y predomina la madera y el cuero en toda la mansión. Las rejas de hierro le dan un toque señorial a la casa con un privilegiado patio, con piscina –cercada, por supuesto– donde se celebran los cumpleaños de los pequeños. “Ya sabes, viene el familión, y aquí puedes encontrarte a María Celeste –Arrarás, la presentadora de Al rojo vivo – y a Lili [Estefan, de El gordo y la flaca] con sus tropas”, dice Ponce.

Pendientes están las navidades. “Ya me veo poniendo las luces afuera, por eso dije: ‘Póngame un tomacorriente aquí, otro allí’ ”, cuenta Ponce. “La casa es un poco grande, la llenamos de muebles y todavía tiene eco. No es tan acogedora como esperábamos. La otra era más pequeña y nos sentíamos más cómodos. Por eso ya tengo otro terrenito por aquí para construirme otra”. Que de seguro, también estará lista y conectada para las fiestas.


Entrevista con cristina Primera parte


Segunda parte

No hay comentarios: